jueves, 26 de abril de 2012

Las increíbles palabras de Santiago Martin

Tremendo discuros apologético vertido por la televisión: 






Premisas del discurso del padre Santiago Martín:

* la Iglesia ha dicho «pública, solemnemente que los catecumenales, el Camino Catecumenal es una obra de Dios» (…) «ahí ha actuado y sigue actuando el Espíritu Santo».

* sólo el Papa, la autoridad, el que es capaz de discernir si los miembros del Camino se han equivocado, ni los fieles ni, atención, ¡los propios miembros del Camino!, lo pueden hacer.

* la liturgia no compromete su catolicidad, entonces, ¿para qué se investiga? Si fuese así, como dice el padre, ¿no estaríamos separando la lex orandi de la lex credendi?

Increíble el mensaje que se está difundiendo a través de los medios de comunicación, mensaje que, dicho sea de paso, poco ayuda a los miembros del Camino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy fino el "De la Gaviota" dictando sentencias: los que los "odian", los que los "aborrecen". Muy "ecuménico", muy justo, muy conciliador, católicamente ejemplar, como para ir presumiendo.

Personalmente puedo decir que lo que aborrezco son las prácticas, maneras, rebeldías, faltas en la liturgia, faltas en la doctrina, etc... de los kikos, no a los kikos en sí. Si ya nos advierte nuestro Señor que no debemos odiar ni a los enemigos... pero aquí está el ogro pintando ogros en los demás... y juzgando...

No se si el "De la Gaviota" capta la diferencia y no se que es peor, que la capte o no y diga lo que dice habitualmente.

Pero que triste.

Miles Dei dijo...

Los neocatecumenales son personas erradas que obran por lo general de buena fe y en los que se nota la deformación bestial de la teología universitaria de los setenta en España y su visión peculiar de la Tradición como tradición judaica del rabinismo. Nadie los odia, sino que se odia el error. Un error que su aprobación como grupo de derecho pontificio no cubre ni hace que sea menos error.

El caso lamentable del cicornio y de todos lo que como el comparten una visión hegeliana (violenta) del mundo de las ideas eclesiales es que muestran su voluntad de poder en el odio de aniquilación a las facciones contrarias a sus aspiraciones y las que someten a los procedimientos típicos de la lucha ideológica. Protestantismo, idealismo, y falta de formación teológica se mezclan para dar lugar a ese tipo de gente que rápidamente y con frecuencia concentra ad personam sus odios ideológicos.

Miles Dei dijo...

Al disucrso de Sntiago Martín se responde con suma facilidad con una pregunta sencilla:

¿Si todo lo de lso catecumenales viene del Espíritu Santo porque lo ha aprobado el Papa, se contradice el Papa a sí mismo o al Espíritu Santo cuando manda examinar la liturgia de los catecumenales a la CDF? ¿Acaso no estaba ya aprobada?

Miles Dei dijo...

Ahora una respuesta a todos los que ven los movimientos como una obra ad extra especial del Espíritu Santo y algo que nos hace necesario servirnos de ellos.

La Iglesia pública y solemnemente desde el día de mi bautismo y cada vez que YO, MI MENDA, UN POBRE PECADOR, recibe o reitera un sacramento, dice, publica y solemnemente con todo el derecho de la Iglesia, que YO, MI MENDA, UN POBRE PECADOR, soy obra del Espíritu Santo y en MI, MI MENDA, UN POBRE PECADOR, sigue actúando el Espíritu Santo. Soy también por ser y por derecho parte de la Iglesia y sujeto de su infalibilidad junto con el resto de los fieles. Soy además fundador de mí mismo en cuanto Dios me ha donado la libertad para autofinalizarme y finalizar las cosas terrenas según mi peculiar vocación laical vivida en sociedad con los demás miembros de la Iglesia.

No se me sube a la cabeza tal cosa, todo lo contrario, reconozco que hay muchas cosas en mí que no vienen del Espíritu Santo ni quedaron cubiertas como infalibles por el bautismo y acciones posteriores.

¿A quien dotado de tal poder asistencial y especialísimo del Espíritu Santo le hace falta apuntarse a un movimiento?