martes, 29 de noviembre de 2011

Ruido




En teoría de la información, el ruido lo conforman un conjunto de señales que se introducen durante la transmisión entre el emisor y el receptor. Tenemos cuatro tipos:

- Ruido térmico: por efecto de la temperatura los electrones se agitan y producen un espectro uniforme que no se puede eliminar.

- Ruido de intermodulación: es el debido a un sistema de transmisión no lineal, que provoca nuevas frecuencias. Las mismas se suman o restan con las originales, dando lugar a componentes de frecuencia que antes no existían y que distorsionan la señal.

- Diafonía: señales que viajan por medios adayacentes se acoplan distorsionando la señal.

- Ruido impulsivo: es distinto a los tres anteriores en cuanto que no es predecible. Es un rumor continuo formado por picos irregulares, con una duración determinada, que afecta grandemente a la señal.


La entrevista a Fellay, liberada ayer por DICI, ha ocasionado mucho ruido impulsivo, que afecta enormemente a la señal, distorsionándolo. Es el ruido de los que no quieren o no pueden ver. Los que no pueden ver, no tienen más culpa que la de crear un parloteo ensordecedor, que distrae, pero relativamente. Mucho peor son aquellos que no quieren ver, que velan su inteligencia. No quieren hablar. Y no dejan hablar. Es mejor callar.

Silencio.

La crítica que plantean los «lefebvrianos» sobre la enseñanza conciliar y postconciliar es muy seria. No es un asunto baladí ni una cuestión que la inteligencia pueda soslayar. Sin embargo son muy pocos los contradictores; se pueden contar con los dedos de una mano. Y sobre ellos se arroja un manto de silencio.

A pesar del ruido, sigamos rezando.

sábado, 26 de noviembre de 2011

El obispo Müller y la virginidad de María en el part

Recientemente han salido unos escritos del obispo Müller en los que hace una interpretación del dogma de la virginidad de María, concretamente de la virginidad en el parto. El texto, publicado por el periodista Andrés Beltramo, dice lo siguiente:

En el acto del alumbramiento (como en otras realizaciones humanas básicas) se perfila una diferencia entre la pasividad del suceso a que se ve sometida la parturiente y su voluntad de comportamiento activo, es decir, de integración personal en la totalidad del acontecimiento. En perspectiva antropológica, esta diferencia se experimenta como “dolor”, desintegración y amenaza. Pero en virtud de la respuesta afirmativa a la encarnación de Dios, debe contemplarse la relación de María con Jesús, incluido el acto del alumbramiento, en el horizonte de la salvación escatológica que ha acontecido en Cristo.

Por consiguiente, el contenido del enunciado de fe no se refiere a detalles somáticos fisiológicos y empíricamente verificables. Descubre, más bien, en el nacimiento de Cristo los signos anticipados de la salvación escatológica del tiempo final mesiánico, ya iniciado con Jesús. En la interpretación teológica de la liberación de “dolores” de María en el acontecimiento del parto del Redentor debe también tenerse en cuenta la doctrina, testificada por la Biblia, del seguimiento de María hasta la cruz. La espiritualidad cristiana reconoce -de acuerdo con el modelo de María- que en todo parto que una mujer acepta en la fe hay una experiencia de la salvación ya venida escatológicamente.

Mientras unos párrafos más adelante, en la página 501, agrega: Desde los primeros años del siglo IV aparecen, con diversas variantes fórmulas trimembres acerca de la virginidad de María antes, en y después del parto. Su fundamento se encuentra en la maternidad virginal asumida en virtud de su disposición a creer. A partir de este enunciado cristológico sobre la virginidad de María antes del parto se sigue -con un sentido más acusadamente mariológico de la afirmación- la insistencia en el proceso mismo de parto (virginitas in parto), derivada del hecho de que María da a luz realmente al Dios hombre y Redentor y de que, en la secuencia de su absoluta entrega humana al acontecimiento de la redención, no tuvo ninguna relación con José, ni por tanto, otros hijos. El contenido de fe de la virginidad de María antes, en y después del parto y, por consiguiente, su virginidad perpetua, está testificado por todos los Padres de la Iglesia(.).

Más allá y por encima de la errónea interpretación del dualismo gnóstico de la virginitas in partu entendida como negación de la realidad de la humanidad de Jesús esta doctrina eclesial debe ser entendida en el sentido de la realidad de la encarnación. No se trata, pues, de singularidades fisiológicas del alumbramiento (por ejemplo, que no se abriera el canal del parto, o que no se rompiera el himen ni se produjeran los dolores propios de las parturientas), sino de la influencia salvadora y redentora de la gracia del Redentor sobre la naturaleza humana, que había sido “vulnerada” por el pecado original.
Para la madre, el parto no se reduce a un simple proceso biológico. Crea una relación personal con el hijo. Las condiciones pasivas del alumbramiento se integran en esta relación personal y están internamente determinadas por ella. La peculiaridad de la relación personal de María con Jesús está definida por el hecho de que su Hijo es el Redentor y de que en su relación con él debe ser entendida en un amplio horizonte teológico.

El obispo hace una relectura de la virginidad en el parto de la Virgen asumiendo unos principios antropológicos incompatibles con la Revelación. Uno de los grandes problemas de la teología actual es la asunción de la filosofía moderna y postmoderna acríticamente, sin estudiar previamente si dicha filosofía podía diluir la fe, que es precisamente lo que ha terminado haciendo. El problema es metafísico.

El obispo Müller repite, en fino, los errores de Joviniano (s. IV), que sostuvo la concepción virginal de la Virgen no así la virginidad en el parto. María habría perdido la misma ya que dio a luz a su Hijo según el modo ordinario de la naturaleza.

Joviniano, según cuenta la historia, tras haber vivido algún tiempo en un monasterio de Milán, acabó preso de los placeres sensuales, siendo llamado por San Jerónimo el Epicuro de los cristianos.

Antes que emborronar electrónicamente la red con mis palabras, prefiero dejar mi sitio al padre Alastruey, un teólogo insigne que escribió un tratado definitivo sobre la Virgen María. El problema es que el bueno de Alastruey es anterior al Concilio Vaticano II, por lo que su tratado, aunque monumental, está muerto, editorialmente hablando, para las nuevas generaciones.

Es hora de que yo cierre la boca y hable Alastruey:

Tesis: La Bienaventurada María conservó en el parto su virginidad sin mancha.

Es de fe.

1º. Símbolos y concilios.- El símbolo de los Apóstoles, el Concilio de Letrán, la Constitución Cum quorumdam, de Paulo IV, y el Concilio XI de Toledo, (…), profesan la virginidad de María en el parto.

2º.- Sagrada Escritura.- a) Isaías (VII,14): He aquí que concebirá un virgen y parirá un hijo… El profeta no solamente dice: He aquí que una virgen concebirá, sino que también dará a luz un hijo, y, por tanto, sus palabras, lo mismo que de la concepción, hay que entenderlas del parto in sensu composito, esto es, de virgen que permanece virgen en el parto. Y así fueron entendidas por los Santos Padres, entre los cuales San Ambrosio dice: «Esta es la Virgen que concibió en su seno, la Virgen que dio a luz un hijo. Pues así está escrito. HE aquí que una virgen concebirá en su seno y dará a luz; no dijo solamente que habría de concebir, sino que también que habría de dar a luz» (Ep. 42, ad Siricium Papam).

b) San Mateo (1,23): Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo.
c) San Lucas (11,7), insinúa el parto virginal de María con estas palabras: Y parió a su Hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo recostó en un pesebre. Lo cual, en verdad, no hubiera podido hacer María si hubiera estado sujeta a las molestias comunes de otras madres.

3º.- Santos Padres – Unánimemente los Santos Padres, desde los tiempos apostólicos afirma implícita o explícitamente el parto virginal de María.

San Ignacio Mártir dice: «Al principio de este siglo se le ocultó la virginidad de María, y el parto de la misma, y la muerte del Señor: tres misterios resonantes que fueron realizados en el misterio de Dios» (Ep. ad Ephesios, 18). Estas palabras muestran suficientemente que en la virginidad y en el parto de María hubo un misterio divino que se ocultó al demonio.

San Gregorio Taumaturgo: «Tú has nacido de María Virgen como quisiste, y como Tú sólo sabes, no violaste su virginidad, sino que la conservaste y se la diste con el nombre de María; y ni la virginidad impidió tu parto, ni tu parto violó la virginidad, sino que se unieron cosas tan contrarias como parto y virginidad, porque para Ti, Creador de la Naturaleza, esto es fácil y sencillo» (Serm. In sancta Theophania, entre las obras de San Gregorio Taumaturgo).

San Efrén: «Por esta razón nació de virgen, abriendo el Espíritu Santo el seno para que saliera el hombre que era autor de la Naturaleza…Por lo cual, niel que nació removió el sello de la virginidad, ni la Virgen sintió en el parto dolor y trabajo» (Serm. adv. Haereticos).

San Ambrosio, refiriéndose a las palabras de Ezequiel (XLIV,2): Esta puerta está cerrada; no se abrirá, y hombre no pasará por ella…, dice: «¿Qué puerta es ésa sino María? Puerta cerrada, porque es virgen. La puerta, pues, es María, por la que Cristo entró en este mundo, cuando nació de parto virginal y no destruyó el secreto de la virginidad» (De inst. virg., c. VII).
San Agustín: «Si la integridad de María se hubiera destruido por el que de ella nació, éste ya no nacería de virgen, y toda la Iglesia profesaría falsamente que había nacido de María Virgen; la cual (la Iglesia), imitando a su Madre (María), diariamente da a luz nuevos hijos y es siempre virgen» (Enchir., c. XXXIV).

San Pedro Crisólogo: «Virgen concibe, virgen da a luz y permanece virgen» (Serm. 117).

San León Magno: «Fue concebida por el Espíritu Santo dentro del seno de la Madre Virgen, que así lo dio a luz, salva su virginidad, como, salva su virginidad, lo concibió» (Ep. 38).

San Idelfonso, arzobispo de Toledo: «Si quitas a nuestra Virgen la generación o la integridad, haces ignominiosamente injuria a Dios. Pues niegas que tuviera poder para conservarla pura, confesando que pudo acercarse a la Virgen sin corromperla. Niegas que Dios pudiera hacer lo que quiere si concedes que, encontrando íntegra a su Madre, la dejó sujeta a la corrupción. Luego, como tú afirmas que la Divinidad omnipotente no favoreció a la virginidad, sino que la perjudicó, porque, si al nacer violó la dignidad virginal, destruyó por lo mismo la suma virginidad; con lo cual vienes a decir que naciendo desdoró a la Virgen el mismo que creándola la había adornado» (De Virginit. S. Mariae, c.I).

b) Se acusa a Tertuliano (De carn. Chr. 23) y Orígenes (Mom. 14, In Luc.) de haber negado la virginidad de María en el parto.

Pero, aunque así fuera, el disentimiento de estos dos escritores no puede debilitar el consentimiento de tantos Padres que hablan sin restricción alguna del parto virginal de María; pues, como dice Vicente de Lerín: «Si en la misma antigüedad se encuentra algún desliz en uno o más Padres, compárese con el sentir de los demás en la misma materia, y por el mayor número de ellos júzguese de la cuestión propuesta» (Adv. haeres. Novit)

Fuera de que la discrepancia en este asunto acaso haya de reducirse únicamente a Tertuliano, por lo que de Orígenes dice Neubert: «On pourrait donc resumer la pensée d?Origéne sur la virginité in partu en disant, suivant la terminologie scolastique, que s’il la nia quelque temps matériellement, il la profesia tojours formallement» (Marie dan l’Eglise anténicéenne, p. II).

Por lo demás, hay que perdonar a estos dos escritores si al combatir con ardor a los docetas, que negaban la realidad de la carne de Cristo, traspasaron los límites de la verdad y dijeron incautamente que María perdió en el parto su integridad virginal, para que no pareciese que el cuerpo de Cristo era fantástico.

4º.- Sagrada liturgia.- Celebra la liturgia en diversos lugares la virginidad inviolable de María en el parto: «Concibió por obra del Espíritu Santo a su unigénito Hijo, y permaneciendo en ella la gloria de la virginidad dio al mundo al que es la Luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro» (Praef. de B.M. Virgine).

«Darás a luz en verdad un Hijo, pero tu virginidad no sufrirá detrimento; concebirás, pero serás siempre madre intacta» (In Off. Annunt., resp. 3 ad Matut.)

5º.- Razón teológica.- A) De parte de Cristo: a) En cuanto es el Verbo de Dios, pues como dice Santo Tomás, el verbo no solamente es concebido en el corazón o en el espíritu sin corrupción, sino que también sin corrupción procede del espíritu. Luego para manifestasr que el cuerpo de Cristo era el cuerpo del mismo Verbo de Dios, fue conveniente que naciera del seno incorrupto de la Virgen.

b) En cuanto es Redentor del género humano, pues Cristo vino para quitar nuestra corrupción; luego no convino que al nacer destruyera la virginidad de su Madre.

B) De parte de la Bienaventurada María.- a) En cuanto que es Madre de Dios, pues si Cristo hubiera nacido como los demás hombres, nada habría en su nacimiento que demostrara que era verdadero Dios. Por esto dice San León: «Tal nacimiento convino a Cristo, poder y sabiduría de Dios, por el cual fuera semejante a nosotros en la humanidad y superior por la divinidad» (Serm. 1. De Nativ.).

b) En cuanto es corredentora del género humano; pues María en la obra de la redención es la nueva Eva, opuesta a la primera. Luego contrariamente a Eva y a sus hijas, que en pena del pecado están sujetas al dolor y a la corrupción del parto, María, nueva Eva, estuvo exenta de esas penalidades, como estuvo libre de culpa.

Gregorio Alastruey, Tratado de la Virgen Santísima. Ed. BAC, 1.945; pp. 454 – 457.

martes, 22 de noviembre de 2011

Elecciones


Bueno, pues ya podemos decir que España se ha salvado, ya que Rajoy se ha erigido como vencedor tras la «fiesta de la democracia». En breve no habrá ni aborto, ni divorcio, ni homononio. Hoy tenemos el mismo hambre, pero estamos muy contentos y agustito.

Según los analistas de la cosa, el PSOE se ha pegado el gran batacazo, cosa que no me deja de sorprender ya que ha sacado casi siete millones de votos - ¿he dicho algo? –. Más que trompada estamos ante los síntomas claros de una nación en descomposición.

UPyD ha sacado representación parlamentaria, 5 escaños, y la formación comunista, IU, ha pasado de estar exangüe a tener 11 escaños. Al PSOE le ha surgido competencia. Resulta muy curioso que, estando el PP como está, no haya surgido un partido de derechas en España que al menos tenga presencia parlamentaria. En este sentido, el partido del extremo centro es profundamente sectario.

Sin embargo todo esto no sería posible sin la connivencia de la jerarquía católica española. ¿Por qué? No es muy difícil de entender. No tiene ni pies ni cabeza que, estando la situación en España tal como está, los obispos no apoyasen a aquellos partidos que lleven en su programa político los principios no negociables explicitados por S.S. Benedicto XVI. Ni que usasen la COPE como altavoz para que sean conocidos por la ciudadanía, pero…

Si IU ha sacado once escaños, el voto católico, ¿no da para eso? La verdad es como para hacérselo mirar.

Espero que, cuando el PP no derogue la ley del aborto, devolviendo la ley tal como estaba antes del 1.982, empiecen las manifestaciones.

O sea.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Sociedad corrupta

Cuando dos cazadores afrontan una pena de dos años de cárcel y una multa, que se mueve en el arco comprendido entre los 200.000 y 2.000.000 de euros, por matar a un lince, mientras que se puede abortar libremente, quiere decir que la putrefacción ha llegado hasta los tuétanos.




viernes, 18 de noviembre de 2011

El miércoles en Misa


Ocurrió el pasado miércoles. Comenzó la Misa en una Parroquia cuyo nombre callaré. Yo me puse en la nave de la Epístola porque en la capilla que corona la nave, se encuentra reservado el Santísimo Sacramento. En llegando la consagración, escuché la campanilla. Hasta aquí nada especial. Pero hete aquí que, antes de la comunión, veo como una señora de edad provecta se acerca al Sagrario, lo abre y toma el Copón con las formas. Tras la comunión, la anciana repite la operación, pero en la reserva.

Sin embargo esto no fue lo que más me llamó la atención. Por desgracia, uno ya está acostumbrado a estos (ab)usos. Lo más chocante fue ver a la buena señora sentada junto a la silla del cura. Tremendo.

Antes, la comunión. La mayoría comulgó en la mano. Además no como lo prescribe la Iglesia. Hay que hilar muy fino para defender que esta forma de recibir al Rey de la Gloria está de acuerdo con la Tradición. Ni con la Tradición ni con el sentido común. Los gestos expresan lo interno. A mi mujer, cuando la veo, le doy un beso, no la mano. Porque el beso es una expresión de amor, de cariño, máxima, entre los esposos. Igual con Dios. ¿Cómo podemos tener a Dios en la mano? Comulgamos de rodillas porque no podemos arrastrarnos ante Él.

Empieza otra Misa, esta vez de difuntos. Una voz de una mujer avisó a los fieles que iba a empezar la celebración. Era el mismo cura, pero otra mujer. Esta vez fue el remate: iba vestido de monaguillo - no era la primera vez que la veía -.

Como alma que lleva el diablo, salí de allí.

El que no lo quiera ver, que no lo vea, pero hay un cisma - ¿o será herejía? – dentro de la Iglesia.

Y lo que es mucho peor: los que tienen autoridad no acaban con él.

La Iglesia Católica se desangra. Sacerdotes y feligreses. Jerarquía y pueblo.

martes, 15 de noviembre de 2011

Más sobre la nueva evangelización

El movimiento Sentinelle del Mattino nos depara nuevas sorpresas. Miren este video:



Casi al final de la proyección, aparece un acto de adoración al Santísimo. El sacerdote sin revestir - espero que al menos para la exposición se haya vestido correctamente -, las palmitas, los cantos, ¿se reconoce aquí a la Iglesia Católica?

Adoran al Santísimo, sí, tienen momentos de silencio - como los que aparecen en el video siguiente -




pero, en el fondo, ¿no estará emergiendo una nueva forma de religiosidad que rompe con lo anterior?

¿Ésta es la nueva evangelización?

jueves, 10 de noviembre de 2011

Evangelizar la «movida»




Los amigos de Infocaótica han recogido una información de ReL donde podemos ver la penúltima propuesta pastoral de Monseñor Rouco Varela: evangelizar la «movida». ¿Cómo? Rel nos da el método: la «Hora Feliz» o «Happy Hour».

Una vez que salí de mi asombro, pensé: ¿qué pasa en la Iglesia? ¿Cómo es posible esta propuesta? La propuesta de la «Happy Hour», muestra varias cosas de la mente de nuestros pastoralistas:

1º.- La lejanía de la realidad. No saben o no quieren saber. Del mundo de la noche lo desconocen absolutamente todo. Esa realidad se les escapa totalmente, por eso hacen esas propuestas ingenuas. ¿No hay nadie que les haya hecho llegar aunque sea el programa Callejeros, de Cuatro? ¿No leen los periódicos? ¿No salen a la calle tempranito para ver con sus propios ojos una riada de meados?

2º.- La tecnificación y la cosificación de la evangelización, como si el éxito o no fuera de un método, cuando el Único que convence es Cristo. Es realmente escandaloso lo que aparece en el artículo: «ahora no conviene hablar de Jesús». Si esta frase la escuchara San Pablo, ¿qué diría? ¿Es que un cristiano puede no hablar de Cristo? Posiblemente esa instrumentalización de la fe para conseguir un objetivo no les parezca mal, sin embargo no deja de ser patética, como mínimo. Y digo como mínimo porque no quiero entrar en los vericuetos en los que se ve implicado el primer mandamiento de la Ley de Dios.

3º.- Relacionado con lo anterior, habría que recordar que Nuestro Señor nos mandó ir y predicar el Evangelio. En ningún momento dejó en nuestras manos la capacidad de convencer.

4º.- La genética del método. Es algo que nos debemos preguntar. ¿De dónde lo han sacado? No parece que sea de la Tradición. De hecho, el método utiliza métodos del mundo, de un mundo que, más que de espalda a Dios, vive ajeno a Él. Olvidan nuestros pastores la singularidad de nuestro ateísmo que es dudoso incluso el calificarlo como tal. Realmente vivimos una situación de indiferencia. Al mundo le importa muy poco Dios; no es que esté en contra de su existencia, como los ateos clásicos, tampoco afirma su incapacidad para conocerlo, sencillamente es un problema que no le importa. El mundo, las personas, se muestran indiferentes ante la existencia de Dios. Les da igual. Que haya gente religiosa le parece muy bien, pero lo ven como una opción más. Se ha llegado a un concepto de liberta totalmente absoluta: lo que importa es su capacidad de decidir.

Me acordé al leer todo esto de la «Hora Feliz», de lo que cuenta San Agustín en las Confesiones (VI 8,13) de su amigo Alipio, cuando volvió a contemplar una pelea de gladiadores y fue arrastrado por la pasión, pensando que resistiría a la tentación. ¿Se ha olvidado toda esta espiritualidad de lucha y resistencia, cargando la suerte en un método?

5º.- Finalmente, los padres. ¿En qué posición quedamos? Porque un padre lo que quiere es alejar a sus hijos de esos ambientes. Ambientes de alcohol, droga y prostitución, ambientes que los agentes de la pastoral buenista se niegan a ver.

Estamos en un medio eclesial esquizofrénico. ¿Se conseguria algo? Lo dudo mucho. Esta inmersión de la fe en el Mundo, conllevará nada más que pérdidas para la Fe y ganancias para el Mundo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

No vemos nada, pero gozamos todo




El templo judío quedaba ubicado en un solo lugar. El mundo entero no podía estar en él, ni tan siquiera toda una nación, sino tan sólo algunos de la multitud. Pero el templo cristiano es invisible y espiritual, por eso puede estar en todas partes. Jesús dijo a la Samaritana: Vendrá el tiempo en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Lo harán "en espíritu y en verdad" porque, si no es invisible, su presencia no puede ser real. Lo que es visible no es lo real; lo que es material se desintegrará.

El templo de Dios, en el ámbito cristiano, está en todas las partes donde hay cristianos; él está tan plenamente presente en cada lugar como si no estuviera en ninguan otra parte. Y nosotros podemos entrar y unirnos a los santos que lo habitan, a la familia celeste de Dios, de manera tan real cmo el judío entraba en los atrios visibles del Templo. Nosotros no vemos nada de nuestro templo espiritual, pero ello es condición necesaria para estar en todas partes. No estaría en todas partes si lo viéramos en un lugar concreto; no vemos nada, pero gozamos de todo.

Beato John Henry Newman.

Meditación miércoles 9 de Noviembre, 2.011. Revista Magnificat.

martes, 8 de noviembre de 2011

Vaticano II: una explicación pendiente




En el día de ayer el blog Secretum meum mihi informaba de que, en Austria, unos cuantos laicos desafiaban a la jerarquía católica, anunciando que predicarán, consagrarán y darán la comunión en parroquias sin sacerdotes, basándose en conclusiones del Concilio Vaticano II.

Estos desmanes que se amparan en el paraguas del Concilio, ¿se deben al mismo Concilio o más bien a un espíritu que arrebató la interpretación del mismo? ¿O quizás los propios textos encierren expresiones equívocas que permitan estas deducciones erróneas?

Vaticano II: una explicación pendiente, Brunero Gherardini, ed. Gaudete, es un conjunto de ideas – fuerzas que apuntan a lo que debería ser un trabajo posterior realizado por expertos, una «reflexión histórico – crítica sobre los textos conciliares que busque las conexiones – en el caso de que efectivamente existan – con la continuidad de la Tradición católica». Para Gherardini considera todo esto como «uno de los más urgentes deberes del magisterio eclesiástico, de cada obispo y de los centros culturales católicos, para el bien de la Iglesia. A este deber se une el derecho del entero pueblo de Dios a que le sea explicitado con claridad y objetividad qué ha sido el Vaticano II en el plano histórico, ético y dogmático. Está en juego la fe y el auténtico testimonio cristiano».

Gherardini espiga aquí y allá, tocando diversos asuntos del Concilio, desde la naturaleza del Concilio - al que califica de pastoral -, hasta la Constitución Dogmática Lumen Gentium – quizás la parte más demoledora y brillante del libro -, pasando por la reforma litúrgica, el ecumenismo y, especialmente por el tema de la «hermenéutica» del Concilio. Precisamente en este punto, Gherardini pone la herméutica de la ruptura en relación con el modernismo. Pero, los documentos y los padres conciliares, ¿estaban acaso infectados de modernismo?:
Después de cuanto he dicho a propósito del Vaticano II, a quien me preguntase si en última instancia la atrofia modernista anidaba también en los documentos conciliares y si los Padres mismos estuvieron más o menos infectados, debería responder tanto con un no como un sí.

No, porque el aliento sobrenatural no está de ninguna manera ausente del Vaticano II gracias a su confesión trinitaria, a su fe en la encarnación y redención universal del Verbo, al profundo convencimiento sobre la de la universal llamada a la santidad, a la reconocida y profesada causalidad salvadora de los sacramentos, a su alta consideración del culto litúrgico y de un modo especial del eucarístico, a la sacramentalidad salvífica de la Iglesia, a la devoción mariana teológicamente alimentada.

Pero también sí, porque no pocas páginas de los documentos conciliares tienen el aire de los escritos e ideas del modernismo – véase sobre todo GS – y porque algunos de los Padres conciliares – y no entre los menos significativos – no escondían una abierta simpatía por antiguos y nuevos modernistas, manifestaban frecuentemente comprensión y entusiasmo por las ideas de vanguardia y no vacilaban en suprimir hasta el recuerdo del ya lejano antimodernismo, del Sodalitium pianum y del mismo San Pío X» (pp. 69 – 70)
Reflexiona Gherardini sobre la posibilidad real de la hermenéutica de la continuidad. El problema es demostrar si el Concilio no se excedió de los límites marcados por la Tradición (p. 79). Si el Concilio no se salió del camino de la Tradición entonces no habría problema, sin embargo, afirma Gherardini, «del Vaticano II podrá decirse de todo excepto que haya sido la pura y simple repetición del precedente magisterio. En efecto, hubo novedades – y obviamente hay – tantas, que inducen la sospecha contraria» (p. 78).

(…) «Sin duda, la interpretación del Vaticano II será verdaderamente teológica solamente si logra evidenciar la relación de continuidad – y mejor si es de continuidad evolutiva – con toda la Tradición de la Iglesia, desde su fase apostólica a hoy y no por reducir el concilio a punto de encuentro de todas las teologías, las clásicas y las «del genitivo» (p.79).
Como he dicho el libro de Gherardini es vectorial: lanza ideas, abre caminos para lo que sería un estudio posterior. No es el espléndido y denso libro de Amerio, Iota Unum, sin embargo es un libro que plantea los interrogantes que sostengan una reflexión posterior.

Vaticano II: una explicación pendiente. Brunero Gherardini. Ed. Gaudete. Para comprar el libro: aquí.

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Cómo vamos a celebrar el Usus Antiquior?

¡Si estamos aprendiendo a bailar!




Parece que los sacerdotes tienen ritmo, también. La iglesia Católica Nuestra Señora del Perpetuo Socorro será la anfitriona de la “Gala Bailando con los sacerdotes” en el [hotel] Hyatt Regency Valencia el Viernes.

Willy Arroyo e Ingrid Blanco de D'Wilfri DanceArt and Entertainment proporcionará la pareja de baile y las instrucciones para los sacerdotes.

Los sacerdotes que participan en el evento son, el párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Monseñor Richard Martini, el párroco asociado de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro Padre Raymond Marquez y el Padre Norm Supancheck de la Escuela de Secundaria Alemany.

Cada sacerdote realizará tres bailes en el evento, un vals, un baile swing y un baile sorpresa, dijo la presidenta Margaret Shapiro.

“Uno de los objetivos principales de este evento es poner “la diversión” en la recaudación de fondos y acercar a nuestra comunidad con algo nuevo, actual y emocionante”, dijo Shapiro. “Los sacerdotes están trabajando muy duro en el estudio de baile y parecen estar disfrutando muchísimo de las lecciones”.

Videos de los sacerdotes ensayando [pueden ser vistos] en el sitio de internet de la parroquia, www.olph-church.org.

[...]


¡Señor ven pronto!

Fuente: Secretum meum mihi

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cuando el único diálogo religioso era la conversión….




De estas religiones [India y Sri Lanka] no sé escribiros nada más si no esto: son tan grandes las consolaciones comunicadas por Dios, nuestro Señor, a los que van por entre los paganos para convertirlos a la fe en Cristo, que si hay algún gozo en esta vida, es este, ciertamente. ¡Oh, si los que buscan conocer al Señor a través del saber en los estudios se esforzaran tanto para buscarlo en estas consolaciones del apostolado, no pasarían día y noche buscando el saber! Si los gozos que busca un estudiante en lo que aprende, los buscara haciendo sentir a su prójimo lo que le es necesario para conocer a Dios, cuanto más consolado y mejor preparado se encontraría para dar cuenta de sí mismo cuando Cristo vuelva y le pida: «Dame cuentas de tu gestión».

Acabo pidiendo a Dios, nuestro Señor, que nos reúna en su santa gloria. Y para obtenernos este beneficio, tomemos por intercesoras y abogadas a todas las almas santas de las regiones en que me encuentro. A todas estas santas almas les pido que obtengan de Dios, nuestro Señor, todo el tiempo que nos queda de separación, la gracia de sentir en lo íntimo de nuestras almas su santísima voluntad y cumplirla perfectamente.

San Francisco Javier.
Magnificat.  Meditación 4 de Noviembre de 2.011.

¡Están locos estos demócratas!



Los acontecimientos que se vienen desarrollando estos días ,relacionados con el amago de referéndum con la que se ha desmarcado el presidente de Grecia, Georgious Papandreu, ha suscitado una serie de reacciones muy significativas entre los miembros de la legión demócrata, quiero decir, que ha puesto a más de uno de los nervios.

Una vez que los impulsores del pensamiento uno y único, nos han convencido que la Democracia, el gobierno del pueblo para deleite de los políticos, es una hierofanía divina, resulta que se rasgan las vestiduras porque uno de los suyos, aplicando las reglas del juego – sea el que sea -, ha decidido aplicarlas. ¡Sopla!

El períodico digital Hispanidad, nos ofrece estos días un florilegio muy divertido de los comentarios que ha suscitado dicha cuestión. Los personajes aparecen en el escenario de la política, como epígonos de Caifás, rasgándose las vestiduras por la indignación que le ha provocado el regate que les ha pegado Papandreu.

Son las locuras de la postmodernidad.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lágrimas en la lluvia: «Católicos» y Sayés

El pasado domingo, en el programa conducido por Juan Manuel de Prada, se trató el tema del postconcilio. De Prada, para introducir el debate, como se hiciese en la antigua Clave, eligió precisamente una película ya emitida por la misma tiempo ha: Católicos.

El film, cuya puesta en escena es mala, plantea una serie de ideas muy interesantes, relacionadas con la problemática que afecta a la Iglesia Católica en la actualidad, pero sin ser capaz de rematar ninguna. Hay que decir que la película plantea una distopía sobre la que mezcla realidad con ficción.

El argumento es el siguiente: los monjes de una abadía irlandesa, que siguen la liturgia Usus Antiquior, deciden un día celebrar la Misa al aire libre. Inesperadamente, la repercusión mediática es tremenda, llegando peregrinos de todo el mundo que reclaman la Misa Tradicional. El superior de la orden, ante este terremoto decide enviar a un inspector con el fin de prohibir a los monjes la celebración de la Misa y su adaptación a lo mandado por el Concilio Vaticano IV.

La Iglesia, tras el Concilio Vaticano IV, ya no obliga a creer en la presencia real de Cristo en la Eucaristía más que como un símbolo y ha modificado el rito de la Misa - lenguas vernáculas, sacerdote coram populo -; por otra parte,  existe un órgano supremo de decisión llamado Consejo de Iglesias, los sacerdotes ya no visten ropa talar, se han introducidos elementos procedentes de otras religiones - en un momento de la película, el cura enviado para inspeccionar el convento aparece adoptando la postura de la flor de loto, mientras que los monjes rezan en el exterior, intentando molestar al sacerdote - y, finalmente, la Iglesia se ha convertido en un instrumento de lucha contra la injusticia en el mundo.

El abad, que lleva cuarenta años al frente del monasterio y padece una crisis de fe aguda, recibe al inspector y le invita a quedarse en el convento. Los monjes beligerantes ante la imposición de la nueva Misa, no están dispuestos a realizar ningún tipo de cambio. Los argumentos a favor de la antigua liturgia se suceden – quizás sea lo más brillante de la película -. Aún así, el abad, que no tiene fe, negocia con el inspector de la orden, acepta el mandato del superior y, a su vez, dimite de abad, buscando un destino más confortable, cosa que no conseguirá ya que Roma no paga traidores.

La forma que tiene de proceder el abad es muy interesante. Su actitud plantea el problema de la obediencia. Sin tener fe, usa todas las argucias que permite la regla para abortar cualquier conato de insurrección, apelando a la obediencia, de manera que deja a los monjes inermes ante las palabras del abad: un verdadero cínico.

El final de la película queda totalmente abierto : por un lado, se desconoce cómo se desarrollará en la abadía la imposición de la nueva Misa, por otro, tampoco queda claro en qué despuntará la crisis de fe del abad.
Como hemos dicho, la película es interesante en los temas que plantea, aunque ciertamente es mentirosa: primero, porque Roma no puede derogar un dogma, como el de la Transubstanciación; segundo porque la figura del abad no es creíble. Un hombre no se puede llevar cuarenta años al frente de una abadía sin fe. A pesar de estos engaños, el film es atractivo desde un punto de vista intelectual.

Y tras la película el debate. Los contertulios elegidos para la ocasión fueron el padre Verdoy, S.I., Miguel Ayuso, el padre David Amado y el padre Sayés. En este enlace se puede ver el debate.

En este debate, el teólog Sayés me dejó sumido en la mayor perplejidad. Si bien el reputado teólogo se mostraba con un claro dominio de lo que es la teología de la secularización, sus conocimientos de liturgia eran más o menos que ninguno. En su argumentación a favor de la nueva Misa – una vez que fue expuesta la ya archiconocida crítica al Novus Ordo del Cardenal Joseph Ratzinger – adujo el número de anáforas – como si tener cuatro fuera, en sí, algo bueno -,la antigüedad de la Plegaria Eucarística II – dijo que era del siglo II. ¿Habrá leído a Bouyer? En un progre se entendería, puesto en boca de Sayés no deja de causar perplejidad -, y la presencia de la doxología menor – que aparece en el Canon Romano -.

Sayés habló de la teología de la secularización, de la transignificación y de las malas influencias que ejercieron gente como Schillebeeckx, Robinson, Küng y Tillich. Esto es algo que no se puede negar. Otra cosa es que esa influencia tenga un alcance real o bien se quede en un nivel superior, de manera que no contamine a la base.

Sin embargo, mayor efecto tienen los cambios en la Liturgia como pueden ser la comunión en la mano, en cuanto que rebaja la reverencia a Quién está presente en la Eucaristía, Cristo el Señor, o la celebración del sacerdote coram populo – toda una novedad - que convierte al sacerdote en el centro de la celebración litúrgica, desplazando a Dios, la introducción de lenguas vernáculas o los acaecidos en el rito del Bautismo como la petición del idem, por parte de padres y padrinos, como si fuera una cosa, en vez de la fe. Todos estos cambios tiene una verdadera influencia en la mente de los fieles y en su forma de creer – lex orandi, lex credendi -, de ahí la importancia de la Liturgia.


Que un teólogo de la talla de Sayés no pueda/quiera ver esta realidad no deja de ser sorprendente, a la vez que preocupante. Sin embargo no es un problema únicamente de Sayés: es el problema de los católicos de hoy.