jueves, 3 de noviembre de 2011

Cuando el único diálogo religioso era la conversión….




De estas religiones [India y Sri Lanka] no sé escribiros nada más si no esto: son tan grandes las consolaciones comunicadas por Dios, nuestro Señor, a los que van por entre los paganos para convertirlos a la fe en Cristo, que si hay algún gozo en esta vida, es este, ciertamente. ¡Oh, si los que buscan conocer al Señor a través del saber en los estudios se esforzaran tanto para buscarlo en estas consolaciones del apostolado, no pasarían día y noche buscando el saber! Si los gozos que busca un estudiante en lo que aprende, los buscara haciendo sentir a su prójimo lo que le es necesario para conocer a Dios, cuanto más consolado y mejor preparado se encontraría para dar cuenta de sí mismo cuando Cristo vuelva y le pida: «Dame cuentas de tu gestión».

Acabo pidiendo a Dios, nuestro Señor, que nos reúna en su santa gloria. Y para obtenernos este beneficio, tomemos por intercesoras y abogadas a todas las almas santas de las regiones en que me encuentro. A todas estas santas almas les pido que obtengan de Dios, nuestro Señor, todo el tiempo que nos queda de separación, la gracia de sentir en lo íntimo de nuestras almas su santísima voluntad y cumplirla perfectamente.

San Francisco Javier.
Magnificat.  Meditación 4 de Noviembre de 2.011.

7 comentarios:

Pioquinto dijo...

Es usted políticamente incorrecto, en estos tiempos de los Asíses, cuando los cantos Yorubas desplazan al gregoriano en el lugar santo, ante la complacencia de nuestras jerarquías. Y no sólo éso, sino reclaman un mayor reconocimiento. Que lejanos están aquellos tiempos de los santos sencillos, que arriesgaban vida y salud por llevar un poco de pan espiritual en aquellas regiones dejadas de la mano de Dios.
Hoy día y con tanta tecnología , no tienen el valor de pararse ante un micrófono y llamarle al pan pan y al vino , vino. DE este modo, se condenan millones de almas a las llamas del infierno, con el falso mensaje de que en su religión falsa, "también opera el Espíritu Santo". Que Dios no se los tome en cuenta.

Miles Dei dijo...

¿Será cierto que la carta comunicando la muerte de san Francisco Javier se cruzó con la de su expulsión de la Compañía de Jesús por su desobediencia al insistir en evangelizar Japón contra los trapicheos políticos del mundo?

De ser cierto estaríamos en uno de los encubrimientos más grandes de la historia de la Iglesia que en nada desmerecen de las de hoy.

Antonius dijo...

Perdón por la pregunta fuera de tema.

Creo recordar que en una entrada de Fides et Ratio, o en la bitácora de Miguel Serrano u otra similar, no recuerdo muy bien, se publicó una entrada con un vídeo de de la Santa Misa Tridentina explicada. No he podido encontrar esa entrada. Ruego a D. Isaac que si es posible que me proporcione un enlace a dicha entrada, o en cualquier caso pido a cualquiera que esté leyendo que me proporcione información del mismo tipo.

Gracias.

Isaac García Expósito dijo...

Antonius: le dejo un enlace que espero le sirva de ayuda:

http://www.unavocesevilla.info/quieresaprender.htm

Pioquinto dijo...

Tambien yo tengo otro enlace, Antonius:
http://www.youtube.com/watch?v=MuZ_HwV7vWs

Antonius dijo...

¡Muchas gracias Isaac y Pioquinto! Es lo que necesitaba.

Anónimo dijo...

FUERA DE LA IGLESIA CATOLICA NO HAY SALVACIÓN
CONCILIO VATICANO II LUMEN GENTIUM dice:
14. El sagrado Concilio fija su atención en primer lugar en los fieles católicos. Y enseña, fundado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrinante es necesaria para la salvación. El único Mediador y camino de salvación es Cristo, quien se hace presente a todos nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia. El mismo, al inculcar con palabras explícitas la necesidad de la fe y el bautismo (cf. Mc 16,16; Jn 3,5), confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como por una puerta. Por lo cual no podrían salvarse aquellos hombres que, conociendo que la Iglesia católica fue instituida por Dios a través de Jesucristo como necesaria, sin embargo, se negasen a entrar o a perseverar en ella