martes, 2 de agosto de 2011

Postmodernidad



El término postmodernidad es un concepto inflacionado, aplicado con cierta alegría a la política, al cine, a la filosofía, en definitiva a todo y a todos, ampliando su contenido semántico de manera que se ha convertido en una idea inabarcable.

La postmodernidad es problemática en su propia estructura semántica. Si bien el prefijo «post» hace referencia a un sentido cronológico – temporal, además de aparejar una cierta noción de progreso, cuando lo aplicamos a la postmodernidad, nos encontramos precisamente con que ésta cuestiona precisamente la existencia de los metarrelatos y el sentido tradicional de la historia: la postmodernidad cancela precisamente la modernidad.

Por otra parte, el término modernidad, según el lugar designa realidades distintas, por ejemplo, en España el período que da comienzo en el Renacimiento; en Francia, por otra parte, está vinculado al terreno de la Estética; en Alemania, comprende el arco que va desde el racionalismo moderno hasta la Ilustración; en USA, finalmente se refiere a un estilo arquitectónico.

Como podemos ver, estamos ante un fenómeno complejo y difícil. Aún así, se pueden dar dos notas características que pueden ayudar a hacernos una idea de la postmodernidad. En primer lugar tenemos la reducción del sujeto a la masa. El individuo es un mero sujeto de consumo, quedando el mercado como único resto de la Ilustración. Se piensa en términos de masa, de manera que el sujeto será incapaz de constituirse como sociedad civil. La realidad externa está tecnificada, que actúa como soporte del individuo sin yo.
El segundo rasgo es la desaparición de las fronteras entre la esencia y el aspecto. Las jerarquías ontológicas se han esfumado, nos encontramos en una época de confusión, de nivelación del tiempo presente que ya no es histórico.

No hay diferencias entre alta y baja cultura, sino que ambas se han igualado por debajo, a través de la cultura de masas.

4 comentarios:

Un ronin católico dijo...

Bueno, aunque se lleva años abusando del término, creo que es justo para describir una situación que metafísicamente ha sido descrita por Cardona mediante un epitafio de alturas clásicas pero de una profundidad abismal:

De nihilo nihilum in nihilum nihil posse reverti

La posmodernidad es en su aspecto moral el auténtico vivir y orgaizarse socialmente como si Dios no existiera. Sin importar si quiera tal planteamiento, que al menos a la modernidad parecía aparentemente importarle.

Un saludo

P. Albrit dijo...

Hola, Isaac!

El problema de la posmodernidad es que no admite conceptos, no hay verdades, sólo impresiones. Y esas impresiones tienen aires de totalitarismo. Definir la posmodernidad se hace dificil prescisamente por lo que decías: no hay distinción entre esencia y aspecto, entre apariencia y realidad. La realidad es lo que a mí me parece.

Creo que sería interesante ver cómo este pensamiento posmoderno (ideología de género, ecologismo feroz, relativismo...) no tendrá como consecuencia engendrar un nuevo totalitarismo. No sé si me explico...

Anónimo dijo...

O sea que no sabes lo que es posmodernidad, lee a Vattimo, Rubert de Ventós et alii.

Isaac García Expósito dijo...

O a Lyotard, Deleuze...

En fin, paciencia.