martes, 9 de agosto de 2011

Nagasaki e Hiroshima


Hoy 9 de Agosto, vigilia de la festividad de San Lorenzo, se cumplen 66 años del bombardeo de Nagasaki – Hiroshima fue masacrada tres días antes -. El presidente Harry Truman, masón, ordenó la descarga de Little Boy y Fat Man – así llamaron los useños a las bombas atómicas – sobre las ciudades de mayor tradición católica del Japón.



A finales de 1.945 se estima que 220.000 habían perecido a causa de los bombardeos: dos tercios de la comunidad católica japonesa fue borrada del mapa.

Twisted iron girders are all that remain of this theatre building located about 800 meters from ground zero. (U.S. National Archives)


Como fue el Imperio el causante, el silencio es ensordecedor.

From the caption provided with this photo of a victim from Hiroshima: “The patient’s skin is burned in a pattern corresponding to the dark portions of a kimono worn at the time of the explosion”. (U.S. National Archives)


Blast victims shown in a fly-infested makeshift hospital in a bank building in Hiroshima on September 15th, 1945. (U.S. Department of Navy)



Formation of keloidal scars on the back and shoulder of a victim of the Hiroshima blast. The scars have formed where the victim’s skin was directly exposed to the heat of the explosion’s initial flash. (U.S. National Archives)


A man looks over the expanse of ruins left by the explosion of the atomic bomb on in Hiroshima, Japan. (AP Photo)
Sin embargo, yo hago mía la pregunta que ya se hizo el Cardenal Biffi en sus memorias:

Podemos bien suponer que las bombas atómicas no hayan sido tiradas al azar. La pregunta es por lo tanto inevitable: cómo así se escogió para la segunda hecatombe, entre todas, precisamente la ciudad de Japón donde el catolicismo, aparte de tener la historia más gloriosa, estaba más difundido y afirmado?

Giacomo Biffi, “Memorie e digressioni di un italiano cardinale [Memorias y digresiones de un italiano cardenal]“, Cantagalli, Siena, 2007, pp. 640

In memoriam.

Fuente, deuda y agradecimiento: Manuel Morillo

Lo que otros dice: El testamento del pescador

Mas fotos aquí

6 comentarios:

Pioquinto dijo...

Un verdadero holocausto, donde no se mató a muchas de las víctimas inmediatamente, sino que murieron muchos años despúes del cáncer por la radiación. Y América perdió la estatura moral con este genocidio. No se respeto nada. Y estoy de acuerdo en que la catolicidad de la población fué un factor para decidir la destrucción. Había muchos otros caminos, antes de lanzar las bombas. Los responsables no fueron a ningún juicio de Nuremberg. Saludos, Isaac, buen post.

Un ronin católico dijo...

Nunca se podrá saber los motivos reales de elegir una u otra ciudad, pero que hubo algo maligno sin duda, pues el bombardeo de Nagasaki se hizo sobre el único hueco que dejaron las nubes y no sobre el punto designado, que quedaba a 3 kilómetros de distancia del valle de Urakami con lo que la bomba cayó exactamente sobre la catedral católica de Nagasaki. Curioso.

Un ronin católico dijo...

Y contra los que dicen que Nagasaki no era católica sino japonesa, el valle de Urakami, sitio de la ciudad destruido por la bomba atómica era el lugar donde vivían los católicos de Nagasaki.

Hay muchas historias dignas de ser contadas del catolicismo japonés. Las bombas atómicas dieron lugar a muchas más de este pueblo del que San Francisco Javier consideró como el mejor dotado de entre todos los infieles.

Anónimo dijo...

Alejo dijo...

Lo que hay que contar, es que hoy en día, el catolicismo japonés no representa nada en la sociedad japonesa.

Pero es que tampoco era significativo antes del lanzamiento de las bombas atómicas.

Y es que, ni siquiera llego a serlo verdaderamente en el mal llamado Siglo Cristiano japonés.

El de las bombas atómicas es un hecho tremendo e injusto como otros de la historia; pero creo que no debe hacernos desenfocar las cuestiones porque hacemos el caldo gordo a un país sin merecimiento.

Lo que habría que contar hoy en día por ejemplo, es que Japón no se ha sumado a los países que han suscrito los acuerdos internacionales en materia de derecho sobre los niños; con lo cual va "a su bola", haciendo caso omiso de decisiones judiciales dictadas en el exterior.

Es un mundo aparte y les gusta estar así. Y como esto, tantas otras cosas...

Anónimo dijo...

Alejo dijo...

Mejor dicho, en el llamado "Siglo Ibérico" de Japón -en vez de "Siglo Cristiano japonés".

Anónimo dijo...

Sinceramente, este comentario es de una estupidez grandísima: "Nagasaki no era católica sino japonesa".
Sí señor, confundiendo región-país con religión jajajaja.