jueves, 11 de agosto de 2011

Super flúmina Babylónis


El salmo 136, Junto a los ríos de Babilonia, es uno de los más hermosos del salterio. En el breviario vigente, se reza la víspera del jueves; en la liturgia de las horas del novus ordo, con la reestructuración de los salmos – ya no se reza el salterio completo en una semana, sino en un mes -, el salmo 136 pasó a las Vísperas del martes de la cuarta semana del salterio.

La reestructuración del salterio no fue el único cambio que introdujo la reforma del año 1.969. En lo que respecta a la oración pública de la Iglesia, rompió con el Breviario anterior haciendo uno nuevo. Ciñéndonos al salmo 136 acortó el mismo quitando las tres últimas estrofas, en concreto las que dicen:

7 Memor esto, Dómine, filiórum Edom,
in die Jerúsalem :
qui dicunt : Exinaníte, exinaníte
usque ad fundaméntum in ea.
8 Fília Babylónis mísera ! beátus qui retríbuet tibi
retributiónem tuam quam retribuísti nobis.
9 Beátus qui tenébit,
et allídet párvulos tuos ad petram


La traducción completa del salmo, según la versión de Straubinger, es la siguiente:

1 Junto a los ríos de Babilonia,
allí nos sentábamos y llorábamos,
acordándonos de Sión.

2 En los sauces de aquella tierra
colgábamos nuestras cítaras;
3 porque allí nuestros raptores
nos pedían cánticos,
y nuestros atormentadores alegría:
«Cantadnos de los cantares de Sión.»

4 ¿Cómo cantar un cántico de Yahvé
en tierra extraña?
5 Si yo te olvido, oh Jerusalén,
olvídese de sí mi diestra.
6 Péguese mi lengua a mi paladar,
si no me acordare de ti;
si no pusiese a Jerusalén
por encima de toda alegría.
7 Acuérdate, Yahvé,
contra los hijos de Edom,
del día de Jerusalén.
Ellos decían: «¡Arrasad,
Arrasadla hasta los cimientos!»

8 Hija de Babilonia, la devastada:
dichoso aquel que ha de pagarte
el precio de lo que nos hiciste.
9 ¡Dichoso el que tomará tus pequeñuelos
y los estrellará contra la peña!

Acuérdate, Yahveh, por los hijos de Edom del día de Jerusalén,
los que decían: «¡Arrasad, arrasad en ella hasta el cimiento!»
¡Babilonia desgraciada, feliz quien te dé el pago
que tú nos diste a nosotros!
Feliz quien coja a tus parvulillos y los estrelle contra la peña.


El reverendo Straubinger hace el siguiente comentario al salmo:

En la Vulgata y en los LXX lleva los nombres de David (¿Cómo autor?) y Jeremías (¿Cómo intérprete?). Al final da como futura la caída de Babilonia (v. 8 s), por lo cual no puede atribuírselo a los levitas vueltos del cautiverio, pues el regreso ocurrió después de caída aquélla en manos de Ciro que dio libertad a los cautivos del pueblo judío (Esd. 1,1 s. y notas), siendo de observar que, según los más modernos estudios, aquella caída no tuvo los caracteres trágicos que anunciaban los profetas, por lo cal esos anuncios deben tener otra perspectiva (cf. Apoc. 18, 1 ss y notas). Es este Salmo una de las más hermosas poesías de todos los tiempos. Los expositores señalan «las singulares bellezas de estos versos, la sencillez del pensamiento, la naturalidad del desarrollo, la precisión de los contornos, el colorido, la sobriedad clásica de sus imágenes y, sobre todo, la solemne y nativa tristeza que exhala toda la oda, desde la primera hasta la última palabra» (Manresa), cosas tanto más admirables en un Salmo profético. Porque no se refiere sólo a un episodio pasado, sino que tiene un sentido escatológico que aumenta su interés para la Iglesia (véase nota de S. Agustín al v. 8). «Como los profetas hacen depender la libertad de los judíos de la caída de Babilonia, así en el Nuevo Testamento la nueva Jerusalén no baja del cielo con todo el esplendor y la belleza de Esposa del Cordero sino después que se anuncia la caída de la gran Babilonia (Apoc. 18,2; 19,7;21,2)» (Ed. Babuty). «Lo que así se pide, dice Fillion, es la ruina del imperio del mal». Los ríos de Babilonia: Éufrates, Tigris y numerosos canales derivados de ellos como el célebre río Cobar de Ez. 1.

3 s. Los enemigos quieren oír los himnos de júbilo del Templo, lo que no se compagina con la honda melancolía que apesadumbra a los cautivos ni con la santidad de los himnos litúrgicos. Ciertamente que esta peregrinación de los judíos cautivos en Babilonia, y que dura aún entre las naciones como se lo anunció Jesús (Luc. 21,24), se parece mucho a la vida del cristiano en el mundo (cf. Gál 1,4 y nota), que lo odia y trata de seducirlo en toda forma para apartarlo de su gran esperanza que es el mismo Jesús. F. Juan 7,7; 8,23; 15,18; 16,20; 17, 9 – 15; Rom. 12,12; 15, 13; I Cor. 9,10; Gál. 6,14; Col. 1,5; I Tim. 1,1; 6,7; Hebr. 10, 23; 11.38; Sant. 4,4; I Juan 2, 15 – 17; 3,13; 5,19.

5. Olvídese de sí: Literalmente: olvide (sin complement) o, según otros sea olvidada. El sentido parece ser que se atrofie o paralice, como si estuviese olvidada de sí misma, lo cual coincide con el v. 6.

7. Los hijos de Edom, enemigos hereditarios de Israel, aunque unidos a él por la sangre, ayudaron a los babilonios en la destrucción de la ciudad santa y los profetas se lo recuerdan muchas veces y les anuncian la pena del talión (Is. 34, ss; Jer. 49,7 ss; Lam. 4, 21 s.; Ez. 25,12 ss.; 30,2 ss.; 35, 1-15; Am. 1,11; 4,11; Joel 3,19; Abd. 8 ss.); por eso el salmista clama venganza contra unos y otros con un acento que recuerda las terribles imprecaciones del S. 108 y que se entenderá mejor en su carácter sobrenatural y profético si se tiene en cuenta que, como dice Calés, «Jerusalén y la Palestina no eran una patria coo cualquier otra; eran la Ciudad y la Tierra Santa.. En lo porvenir Sión sería el lugar del futuro reino mesiánico, el centro de la justicia, de la paz, de la santidad, de la salvación. Todas las naciones del universo vendrían allí en peregrinación a buscar la palabra y la ley de Dios (cf. Is. 2,2 ss.; Miq. 4,1 ss)».

8. La devastada: Así el hebreo. Los LXX y la Vulgata dicen: la miserable. El sentido es futuro, como se ve por lo que sigue, y así Teodoción lee: a que serás devastada. El nuevo Salterio Romano vierte: la devastadora; Bóver – Cantera: Hija vandálica de Babilonia; lecciones menos conformes al contexto y que quitan fuerza a la expresión; porque Dios quiere exterminar toda la raza de Babilonia; en sentido espiritual, todos los enemigos del reino de Dios. Añade el Doctor de Hipona: «Arrojad sobre la piedra a esos hijos de Babilonia, la maldita. Llegará el fin del cautiverio y vendrá la dicha; será condenado el supremo enemigo y triunfaremos con el Rey que no muere». Alude a la gran Babilonia del Apocalipsis (caps 17 y 18), capital de la impiedad y de la apostasía, que tiene un notable paralelismo con la mencionada en los profetas. Cf. Apoc. 17, vv. 1,2 y 6 con Jer. 51, vv. 13 y 17 e Is. 21,4; Apoc. 18, vv. 2,4,6,7,20,21 y 23 con Jer. 51, vv. 8, 6 y 45; 50, 29; Is. 47,8; Jer. 51, 48 y 52 s. Cf. También Is. Caps 13 – 14.


Hasta aquí el reverendo Straubinger.

¿Por qué se eliminaron las últimas estrofas de este salmo? Como dice la Ordenación General de la Liturgia de las Horas en su punto 131:

Asimismo se han pasado por alto algunos versos de ciertos salmos, como se indica al comienzo de cada uno de ellos. La omisión de estos textos se debe a cierta dificultad psicológica, a pesar de que los mismos salmos imprecatorios afloran en la espiritualidad noetestamentaria, Por ejemplo: Apoc. 6, 10, sin que en modo alguno induzcan a maldecir.

Estamos ante un verdadero disparate litúrgico, que se fabricó y se consintió – consiente, en la Iglesia. Se elimina de la oración de la Iglesia unos textos proféticos, llenos de esperanza, que hablan del ahora y del mañana, del triunfo de Cristo.

Que la base argumental sea una «cierta dificultad psicológica» no deja de ser desasosegante. Si pensamos en las verdades que se omiten - en este salmo -, por parte además de la autoridad, es para echarse a temblar.

En esta situación, la figura del Papa Benedicto - y su obra -, poniendo el acento en la Liturgia, con sus circunstancias y sus limitaciones humanas ciertamente, adquiere una dimensión imponente.

Es una pena que los que tienen autoridad en la Iglesia no quieran o no puedan ver, que la salida de esta situación pasa por la liturgia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

La estructura del salterio de 1960, es la misma que la versión "divino afflatu". En la versión de 1570, por el creciente aumento del santoral, llegó un momento que prácticamente todos los días de la semana eran oficios votivos donde el salterio era tomado del común. San Pío X viene a restaurar (remarcando "restaurar") la intención original de que se rece todo el salterio durante la semana.

Fr. Juan

Genjo dijo...

Estos manejos, recortes y traducciones suavizantes de la Escritura resultan sorprendentes, sobre todo cuando se hablaba de allegar todos sus tesoros al pueblo fiel y se insistía en su madurez para saborearlos.

Anónimo dijo...

La Iglesia es sabia. Al dejarlos en latín, se preserva a los fieles de perplejidad en algunos pasajes de la Escritura que requieren interpretación.

Fr. Juan

Anónimo dijo...

Por cierto; por curiosidad he comparado como se traduce el salmo 44 en la "liturgia de las horas", y me encuentro que "intende, prospere procede et regna" se traduce como "cabalga victorioso".

Fr. Juan

Un ronin católico dijo...

No se pierdan en la minucia y vayan a lo esencial. Esto ocurre porque antes que la preocupación por la psicología complicada del hagiógrafo-lector se ha perdido ya la noción del verdadero autor: el Espíritu Santo y el mismo caracter mesiánico de los salmos que pasan a ser textos humanos en los que se puede meter tijera como si nada. Ya no son algo sagrado sino un mero lugar para el comentario de texto variado.

De hecho por ahí anda un movimiento judío que pretende recortar de los leccionarios católicos todos los textos antisemitas, según ellos. Y seguro que no le faltan promotores entre los tontos útiles que son capaces de corregir la misma mente divina si no les place como actúa en la historia.

Un ronin católico dijo...

La Iglesia es sabia. Al dejarlos en latín, se preserva a los fieles de perplejidad en algunos pasajes de la Escritura que requieren interpretación.

------------------------------------

¡Por favor! Precisamente la Biblia se tradujo al latín desde el hebreo para que fuera asequible al pueblo que tenía esa lengua como propia y no sabía hebreo. La Iglesia y su liturgia no es una gnosis o un conocimiento de iniciados, sino puro exoterismo del misterio de Cristo. Una mera nota al pie del salmo en una Biblia normal da para paliar cualquier perplejidad. Eso es lo que manda la Iglesia.

Un ronin católico dijo...

Y si quieren sabiduría acudan a las Bibliae Pauperum esculpidas durante lo mejor del románico y quédense perplejos de las figuras que allí se muestran a los fieles (entre los que habría niños supongo) Así todos conocían visualmente la historia sagrada en lo esencial.

Jamás ha escondido la Iglesia la Biblia de los fieles, sino que los ha protegido de aquellos que abusaban y tergiversaban la Biblia, que es muy distinto.