
La liberación total del Misal del Beato Juan XXIII hace ya dos años, por parte del Romano Pontífice Benedicto XVI ha sido una bendición y un regalo para toda la Iglesia.
Los que como yo, hemos nacidos y vividos bajo el Novus Ordo, el Usus Antiquior ha supuesto el encuentro con un verdadero tesoro litúrgico, una espiritualidad riquísima, con la que la Iglesia se ha conducido durante siglos.