En la entrevista que mantuvo el pasado martes Federico Jiménez Losantos en su programa, con Soraya Sáenz de Santamaría, elegida digitalmente – esto es, a dedo – por Rajoy, como portavoz del PP en el Congreso, hubo un momento en el que el conductor del programa, ante la disparidad de datos biográficos publicados por los distintos medios de comunicación sobre Soraya, le preguntó:
- ¿Pertenece usted al Opus Dei?.
Soraya contestó que no. Pero el problema no está en el contenido de la respuesta, sino en la forma: la portavoz del Congreso bajó la voz y habló sobre el no se qué del respeto a las creencias religiosas; es decir lo de siempre en la derecha: pusilanimidad.
Nunca comprenderé por qué los políticos de la derecha española, salvo honrosas excepciones, se muestran tan remisos y cobardones a expresar sus creencias religiosas, si las tuviesen.
No se si Soraya será católica, budista, deísta o masona, pero ¿no le hubiera bastado un sí o un no y una explicación –si es que la quisiese dar – sin necesidad de achararse?
¡Qué contraste con Hilario Belloc!. Cuando este se presentó a las elecciones por el partido liberal, en el año 1.906, sus contrincantes intentaron acogotarlo con el eslogan «No vote por un francés católico». Por esta razón, Belloc, en su primer mitin dijo lo siguiente:
«Caballeros, soy católico. Si me es posible, voy a Misa todos los días. Esto [sacando un rosario del bolsillo] es un rosario. Me arrodillo y paso estas cuentas todos los días si me es posible. Si me rechazan por este motivo, agradeceré a Dios que me ahorre la indignidad de ser vuestro representante».Belloc ganó las elecciones por su distrito.
Evidentemente, Soraya no es Belloc. Pero, una persona que contesta de esa manera a una pregunta inocua, ¿puede ser portavoz del Congreso?.
Como diría el otro: «maricomplejines»
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