miércoles, 29 de febrero de 2012

Miércoles de las Témporas de Cuaresma




Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo". Él les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón. Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: "Volveré a mi casa, de donde salí". Cuando llega, la encuentra vacía, barrida y ordenada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; vienen y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio. Así sucederá con esta generación malvada". Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte". Jesús le respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Matt. 12, 38 - 50)
Lectura Oficio de Maitines. 
Por tanto, al condenarse al pueblo judío, se manifiesta con evidencia el misterio de la Iglesia, la cual se reúne con los ninivitas desde todos los confines de la tierra por medio de la penitencia (Ion 3,5) y con la reina del Mediodía por el celo en recibir la sabiduría (1 Reg 10,1) para conocer las palabras del pacífico Salomón. Efectivamente, esta reina, formando de pueblos diversos y distantes un solo cuerpo, se ha adquirido un reino indivisible. Así este misterio es grande entendido de Cristo y de la Iglesia (Eph 5,32). Pero éste es todavía mayor, puesto que aquél había sido como una figura, y, sin embargo, ahora el misterio se ha cumplido en su realidad; entonces era la figura de Salomón, mientras que ahora es el mismo Cristo en su cuerpo. De dos modos, pues, se puede ser de la Iglesia, a saber: o por no haber pecado, o dejando de pecar, ya que la penitencia destruye el pecado y la sabiduría lo evita.

Este es el contenido del misterio: Por lo demás, el signo de Jonás, puesto como tipo de la pasión del Señor, nos atestigua la gravedad de los pecados cometidos por los judíos. Podemos, por tanto, darnos cuenta a la vez del oráculo de la majestad y de un signo de la bondad, pues el ejemplo de los ninivitas anuncia el castigo y al mismo tiempo ofrece el remedio. Por eso, aun los judíos pueden esperar el perdón si quieren hacer penitencia.


San Ambrosio, Tratado sobre el Evangelio de San Lucas, Obras Completas I, BAC, pp. 392 -393.

2 comentarios:

Antonius dijo...

D. Isaac, es usted un fascista, un antisemita y un anti-ecumenista, y está usted en grave peligro de excomunión latae sententiae por contradecir el magisterio de la Iglesia, recuerde que el actual Papa exoneró al pueblo judío de toda culpa, o algo bastante parecido... así que está usted cayendo en herejía. Hereje. Cismático. Haga penitencia.

[NOTA: Por si alguien no lo ha captado, el comentario está escrito en total sentido irónico]

Pioquinto dijo...

Es verdad, Isaac, estos tiempos de cuaresma deben ser de reflexión, de análisis y de inventario moral. La salvación es ofrecida primero a los judíos, y al rechazarla éstos, nos viene a los gentiles. Cuántos profetas no mató el pueblo elegido, el mismo Señor Jesucristo desesperaba de la dureza de corazón de aquél pueblo que le fallaba a Dios una y otra vez. Este Viernes de la Semana Santa, volvemos a orar por el pueblo judío, para que el Señor les ablande el corazón y se conviertan , que reconozcan a Jesús y que al fin canten: BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR. HOSANA EN EL CIELO!