miércoles, 5 de octubre de 2011

Rouco: entre la realidad y el deseo





En la novela de Huxley, Un mundo feliz, los personajes de la distopía consumen el soma, una droga con la que se evaden de las penas. En la Iglesia actual, los prelados parecen fuera de la realidad, bajo los efectos del soma huxleyano, quizás para no ver la realidad, dicho esto con todo el respeto.

Un ejemplo lo tenemos en las declaraciones realizadas por el Cardenal Rouco Varela, previas a su participación en la apertura del curso académica de la Universidad Pontificia de Salamanca. El Presidente de la CEE confía en que habrá unas «generaciones de jóvenes en toda Europa más abiertas a la maternidad que las generaciones anteriores», así como que los jóvenes «lleven la fe a fondo» y que se produzcan por ende «muchas vocaciones» sacerdotales y matrimoniales, todo ello como producto de una evolución de la sociedad actual.

Desconozco las fuentes que maneja D. Antonio María para realizar esta predicción pero, desde luego, la situación actual no invita a ese optimismo del que hace gala el Cardenal de Madrid, sino más bien a lo contrario. Hay cuestiones que ya están asumidas en este organismo social degradado, como puede ser el divorcio, la promiscuidad, el aborto y la cultura homosexual, por poner algunos ejemplos.

¿Se desarrollará la sociedad en un sentido contrario al que lo está haciendo ahora - y digo desarrollar porque evolucionar implica un cambio a otra cosa -? En el caso de hacerlo habría que explicar el cómo y el porqué, que es lo que no ha hecho el Cardenal de Madrid.
Evidentemente, sería deseable que se produjese esta renovación de la que habla el Cardenal de Madrid, pero la realidad es tozuda y no se deja torcer el brazo. Las cosas son como son, no como queramos que sean.

Lo contrario es, sencillamente, voluntarismo.

p.s. Hoy nos hemos enterado que la Misa Usus Antiquior dejará de celebrarse diariamente en las Salesas de Madrid. Una lástima.

Los obispos siguen sin comprender que la lucha que vive hoy la Iglesia, principalmente, es litúrgica. No es una mera cuestión estética o histórica, para contentar a algunos nostálgicos, no. Hablamos de más, de mucho más: del culto a Dios.

Sin embargo ellos no se dan cuenta.

O no se quieren dar cuenta.

3 comentarios:

Pioquinto dijo...

Bueno, don Isaac, ya sabemos que el cardenal Rouco apoyó con todo las munadanas y mundanales JMJs, mantiene un silencio cómplice con la horrenda parroquia marxista de Entrevías y se ha mostrado ya no tibio, sino congelado respecto a la Santa Misa de Siempre. Yo no sé a quien le tiene miedo, si ya está en edad de retiro y no se le ve fuelle para llegar a papa. También la indiferencia de la grey, multiplicada por la poca formación e información agrava el problema de la falta de amor por el Usus Antqiuior. Y es que basta asistir una vez para hacerse adictos a esta bellísima forma de liturgia.
Pero con estos jerarcas, no se ve que mucha gente vaya a celebrar la Misa Extraordinaria, más bien siguen dejando la iglesia hacia el indeferentismo o hacia las sectas protestantes. Es una pena, saludos, don Isaac.

Miles Dei dijo...

No cuenta la verdad, sino la capacidad de publicitarse (no sólo ante los medios, sino ante la misma Roma). Esa es la triste realidad de estos prelados entregados totalmente a ello.

Anónimo dijo...

Son las monjas, Isaac. No el obispo.
-/Hispanosuizo