miércoles, 17 de noviembre de 2010
¿Y el Motu Proprio en España? Igual que siempre….
Pasa el tiempo y la cosa sigue tal cual, esto es, los fieles pidiendo la celebración con los libros litúrgicos del Misal tridentino, y los Obispos españoles, midiendo con regla cada una de las palabras del Motu Proprio Summorum Pontificum. En vez de tener un corazón amplio con el que recibir el documento papal, ponen trabas a la celebración de la Misa en una lectura restrictiva del Motu Proprio.
Todavía en España no se comprende el acto de gobierno del Papa, que ha dicho ¡hasta aquí llegó», el golpe en la mesa que ha dado en materia litúrgica. El Motu Proprio, no es otra cosa que poner negro sobre blanco lo que el otrora Cardenal Ratzinger había dicho por activa y por pasiva, es decir que la reforma litúrgica realizada en el año 1.969 era más un mecano que una renovación – profundización de la Liturgia de la Iglesia.
El giro litúrgico de 180 º que rompe con la tendencia anterior de Juan Pablo II, se palpa en cada una de las Misas celebradas por Benedicto XVI. A día de hoy, se comprueba en la recuperación de la forma piadosa de comulgar, donde la comunión en la mano es más un arqueologismo que una profundización en la forma de recibir al Señor, o en el uso del latín, que a día de hoy sigue siendo el idioma de la Iglesia, no lo olvidemos.
A pesar de las catequesis que el Papa ofrece continuamente, el impacto que han producido son mínimos, especialmente por la racanería con la que ha acogido el episcopado español. Es cuestión de darse una vuelta por las parroquias y comprobar, con tristeza, la manera en la que se administra y se recibe al Señor, la falta de reclinatorios o las mesas de altar que parecen haber sufrido los efectos de un huracán: ni la Cruz en el centro, ni los seis candeleros, tres a cada lado de la cruz. Así es.
Ciertamente los obispos quieren acabar con los abusos litúrgicos, no obstante para ellos la cuestión litúrgica es secundario - ¿cuánto tiempo van a tardar en cambiar el «pro multis»? –.
El pasado Domingo, Monseñor Asenjo dirigió unas palabras a los miembros de la Adoración Nocturna reunidos en la jornada de oración anual. El prelado mostraba su preocupación en recuperar el culto eucarístico, tan pauperizado. Ponía por ejemplo la rapidez con la que los fieles salen del templo al acabar la Misa, o los pocos que se arrodillan durante la consagración. Monseñor Asenjo tiene razón, pero esto nos lleva a preguntarnos si la celebración de la Misa con los libros litúrgicos del Beato Juan XXIII – un Papa tradicional en materia litúrgica, aunque nos quieran vender lo contrario – no produciría esta regeneración de la piedad eucarística y de la vida eclesial.
Cada vez más voces en la Iglesia se alzan denunciando lo que supuso el Novus Ordo en la Liturgia. Parafraseando al Cardenal Ratzinger, la destrucción de un edificio y la reconstrucción de uno nuevo aprovechando los materiales del antiguo. La metáfora no puede ser más ilustrativa.
España, sin embargo, es diferente.
Habrá que esperar una nueva hornada que no tenga la deformación de los actuales.
¡Qué el Señor tenga misericordia de nosotros!
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